En la tercera semana de la maduración del acuario plantado, un domingo, me encontraba en un centro comercial, de repente suena el teléfono, es mi hermano quien habla y dice:
- ¡Ya tengo peces!
- ¡Que bien! ¿Cuántos son?
- Son como treinta.
- ¡Treinta! ¿Y como es eso?
- Fui a un río y los agarré.
(El regaño no lo escribiré, por razones obvias)
miércoles, 17 de diciembre de 2008
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