Esta tarde vi llover.
Y ahí estaba, en la tranquilidad de un sofá, viendo como las gotas bajaban, una tras otra.
Vi como las nubes se trasladaban de izquierda a derecha, de sur al norte, mientras un gran árbol de mango junto a un cocotero movían sus ramas en señal de agradecimiento.
Son señales de la grandeza de Dios, aparecen a cada minuto y en cada momento
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