sábado, 6 de junio de 2009

El Salvador 2 México 1

¿Quién dijo que el Cuscatlán no es mágico?

Desde temprano, el Cusca se llenó, se lleno de esperanza, se lleno de entusiasmo, se llenó de seguridad por una victoria.

Y es que el Cuscatlán fue una fiesta, una fiesta azul donde se asistió con gorros, vinchas, pintura y camisetas.

En el campo de juego estaba nuestra azul, dando la cara plantándose con el que se cree un gigante, porque sus jugadores ganan millones, pero en calidad de equipo son un cero a la izquierda

A los 11 minutos el alma del Cuscatlán retumbó, Zelaya cerca de la banda de esquina, supera la marca de Torrado, deja en el suelo a Pardo y manda un centro que es bloqueado, pero Julio Martínez en el centro y con doble marca envía el balón a la red. GOLLLL

La azul siguió en confianza, el juego de equipo permitió un control táctico que México no pudo descifrar. Los verdes intentaban por el centro y por las bandas, pero desde Montes hasta Zelaya los azules bloquearon cualquier peligro.

Y es que la selecta pelearía con decisión, derramando sangre si era necesario, demostrando buen fútbol, demostrando que el fútbol es un juego de conjunto, no de estrellas que se lanzan al suelo. Las 5 puntadas que le cosieron a Pacheco, luego de un codazo que el árbitro no observó, atestiguan la fuerza y la humildad de nuestro equipo

Los verdes administraron el balón durante buena parte del segundo tiempo, pero su ataque fue improductivo, solo rompieron la defensa cuando el árbitro sobre los 70 minutos sancionó penal por falta sobre Franco, Cuauhtemoc Blanco anotaba el  empate transitorio cobrando el penal. 

Y la magia del Cuscatlán apareció, en la garganta del afónico, en el grito desde la grada, en nuestros futbolistas del cielo que abrieron los grifos para que la lluvia refrescara el césped y los azules apostaran por la épica, todos gritando El Salvador, El Salvador, El Salvador. Si se puede.

Y el gol llegó, porque los verdes a partir del empate, optaron por defenderse y no supieron defender. Los azules apostaron al juego en equipo, al ataque frontal en bloque hasta lograr el triunfo.

Una jugada por la banda derecha provocó un centro que fue desviado con las dos manos de un defensa mexicano.

Cheyo Quintanilla se abrazó con Rudis, con Castillo, el penal había sido sancionado y la confianza que el Cuscatlán otorgaba le dieron la frialdad para liquidar el juego a los 84 minutos.

Esta noche México por vez tercera tuvo que callarse en el Cuscatlán

El Cuscatlán continuó la fiesta, una fiesta azul donde disfruto de la humildad de unos azules superaron la soberbia mexicana.

El Salvador 2 México 1

2 comentarios:

Clau dijo...

y fuiste al estadio?

Carlos dijo...

nOp :(

Lo vi desde la cómoda sala, experiencia distinta, pero con final feliz! :D