sábado, 29 de mayo de 2010

Los escritores ¿Nacen o se hacen?

Se jactaba Rubén Darío que a los diez años ya escribía versos "sin nunca cometer una sola falta de ritmo".

Tal vez Darío forzaba un poco las fechas de modo de quedar como irrebatible niño prodigio. Sin embargo, hay otros casos de autores precoces. Por ejemplo, Mario Vargas Llosa, que a los 26 años merecía el Premio Biblioteca Breve con una novela tan buena y madura como La ciudad y los perros.

Otros creadores, por su parte, no se cansaron de repetir que el trabajo es la base de las grandes obras. Decía Picasso: "Cuando llegue la inspiración, que me encuentre trabajando"; en la misma línea, resumía el poeta Baudelaire: "La inspiración es el trabajo". Y el inventor Thomas Edison llegó a establecer: "El genio es 1% de inspiración y 99% por ciento de transpiración".

La pregunta es: el arte literario ¿es don innato o talento desarrollado con práctica y tesón? ¿O es un poco y un poco, y ninguno del todo por sí mismo? Dicho de otro modo, un escritor ¿nace o se hace?